Los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (ISGLT2) han revolucionado el manejo de la insuficiencia cardíaca (ICC) al demostrar beneficios cardiovasculares y renales, más allá del control glucémico. Su utilidad en la población geriátrica es de particular relevancia, ya que la enfermedad cardiovascular (ECV) es una de las principales causas de morbimortalidad en mayores de 65 años. Sin embargo, las pruebas sobre su eficacia y seguridad en este grupo de edad han sido limitadas por la escasa representación de adultos mayores en los ensayos clínicos, generando incertidumbre sobre su balance riesgo-beneficio.
Este metaanálisis1, analizó 9 ensayos clínicos aleatorizados publicados entre 2015 y 2025, incluyendo 24 889 pacientes mayores de 65 años con ECV establecida y tratados con ISGLT2 frente a placebo. La medida principal fue una combinación de hospitalización por ICC, visitas a urgencias por ICC y muerte cardiovascular. Los ISGLT2 redujeron significativamente el riesgo de la medida principal (HR 0,75; IC 95% 0,67–0,83), de la mortalidad total (HR 0,80) y cardiovascular (HR 0,78), así como las hospitalizaciones por ICC (HR 0,73). También hubo beneficios en subgrupos con diabetes, ICC y mayores de 75 años, sin diferencias por tipo de fármaco. En cuanto a seguridad, se observó un aumento de infecciones genitales (RR 3,18), pero una menor frecuencia de acontecimientos adversos graves (RR 0,92).
Los ISGLT2 son eficaces y seguros en adultos mayores con ECV. No obstante, los hallazgos deben interpretarse con cautela, ya que la mayoría de los análisis derivan de subgrupos post hoc, con heterogeneidad entre estudios y escasa evaluación de los síndromes geriátricos por lo que se requieren ensayos diseñados específicamente en esta población, que tengan en cuenta elementos decisivos como la fragilidad, la polifarmacia o la comorbilidad.
Lucía Lozano Vicario
Geriatra. Hospital Universitario de Navarra, Pamplona
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