La fibrilación auricular (FA) explica aproximadamente un tercio de los ictus isquémicos a nivel mundial y su prevalencia aumenta paralelamente al envejecimiento poblacional. El tratamiento anticoagulante oral (TAO) reduce un 60% el riesgo de ictus, a pesar de lo cual muchos pacientes sufren recurrencias recibiendo un tratamiento óptimo.
En este metaanálisis se evalúa el riesgo residual de ictus recurrente en pacientes con FA y antecedentes de ictus isquémico1. Incluye 23 estudios (78 733 pacientes) con una mediana de uso de TAO del 92%.
La incidencia anual combinada de recurrencia de ictus isquémico fue del 3,75%, siendo mayor en cohortes observacionales (4,20%) que en ensayos clínicos aleatorizados (2,26%).
El riesgo de cualquier ictus (isquémico o hemorrágico) fue del 4,88% anual y el de hemorragia intracerebral (HIC), del 0,58% anual.
En aquellos pacientes que sufrieron un ictus a pesar de la TAO, el riesgo posterior fue sustancialmente mayor: 7,20% anual para ictus isquémico, 8,96% para cualquier ictus y 1,40% para HIC.
Así, se estimó que uno de cada seis pacientes con FA tendría un ictus recurrente a los cinco años, aumentando a uno de cada tres en quienes ya habían sufrido ictus pese a la TAO.
Aunque el estudio no valora el cumplimiento de la TAO, causas de ictus alternativas a la FA o el control de otros factores de riesgo vascular, podemos concluir que la prevención secundaria actual es subóptima, siendo urgente investigar nuevas estrategias terapéuticas y herramientas de estratificación del riesgo.
Pedro López-Dóriga Bonnardeaux
Servicio de Geriatría, Hospital Universitario de Getafe
REFERENCIA